lunes, 24 de septiembre de 2018


Les presento un pequeño trozo de un diálogo entre el Papa y un  grupo de jóvenes de una diócesis francesa “Grenoble-Vienne”. Me llamó la atención su opinión sobre la labor del párroco.

Noemi:
Santo Padre, me llamo Noemi y tengo 17 años. Como otros jóvenes de la diócesis, estoy en una parroquia viva donde es bonito ir; es un lugar donde los jóvenes se conocen y donde les gusta encontrarse. Por eso me pregunté a mí misma, Santo Padre: si hoy se hiciera cargo de una parroquia, ¿qué sería lo primero que haría?

Papa Francisco:
He sido párroco durante seis años: es el trabajo más hermoso que he hecho. No sé qué fue lo primero que hice, no recuerdo. Pero creo que si hoy fuera nombrado párroco, lo primero que haría sería ir allí, abrir las puertas de la iglesia, sentarme para recibir a la gente. Esta es una. Y otra que se puede hacer, y que me gusta mucho, es salir por el barrio y saludar a la gente: "¿Cómo te llamas? Encantado ... "Mirar a los ojos. ¿Recuerdas una palabra que se dijo aquí?: "Cercanía". Lo primero que tiene que hacer un párroco: cercanía a las personas. Estar cerca. Una vez, conocí a un párroco, no era párroco, -estaba en el servicio diplomático de la Santa Sede-, pero antes había sido párroco. Y me dijo: "Era tan feliz en el pueblo donde era párroco. Conocía a todas las personas, ¡también sabía los nombres de los perros! ". Esto es bueno! Él está allí, está cerca, lo sabe todo. El párroco cercano. Es cierto que cansa estar cerca de las personas porque, cuando confían, vienen, te preguntan, te dicen ...
Y luego te diré algo que no me has preguntado, pero que tal vez ayude: ¿Cuál sería el primer consejo que le daría a la gente como párroco? No chismorrear. Por favor, una parroquia que aprende a no chismorrear los unos de los otros es santa. Un sacerdote francés me dijo que en la parroquia había una señora que chismorreaba de todos, una cotilla. Su casa estaba cerca de la ventana de la parroquia, hasta el punto de que podía ver el interior de la iglesia. Un día esa mujer se enfermó. Y llamó al párroco y le dijo: "Padre, no puedo ir a misa, para comulgar, ¿me la podría traer?". Y el párroco, ¿qué respondió? "Pero señora, no es necesario, con la lengua que tiene, desde su ventana llega al Tabernáculo". Esto es para entender un poco. Pero esto es malo, los chismes. No lo hagáis nunca ¿Pero es divertido chismorrear de los demás? Sí, es divertido, pero luego tienes el corazón amargo. "Y padre, ¿qué puedo hacer para no chismorrear ?". Hay una medicina muy buena que no cuesta nada: morderse la lengua.
Hay una antigua regla de los peregrinos de la Edad Media más o menos, que cuando iban en peregrinación los viejos y los jóvenes había una regla : Nunca ir por delante del otro. Respetar el ritmo del otro. Acompañar a los jóvenes es esto: respetar. ¿Y si quieres decirle que vaya más rápido? "¡Mira qué bonito es esto! ... ¿Me alcanzas?". Entonces, si puede hacerlo, comienza a ir algo más rápido. Pero nunca te apresures sin él. Dile algo agradable para que comience a ir más de prisa.

El santo padre menciona varias cosas. La primera de ellas abrir la parroquia. La segunda sentarse a atender a las personas o bien salir al encuentro con ellas, para conocerlas.

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