Todos
corresponsables en la construcción de un México mejor
A
tiempo y a destiempo la Iglesia proclama la buena noticia a Ella confiada:
Jesucristo, Señor de la Historia y Príncipe de la Paz busca reinar en nuestros
corazones para que podamos construir entre todos una sociedad más fraterna,
reconciliada y justa. Por fidelidad a nuestro pueblo, en el que reconocemos la
presencia de Jesucristo vivo, los obispos mexicanos nos dirigimos a todos los
fieles católicos y a todos los hombres de buena voluntad, independientemente de
sus convicciones religiosas, faltando unos cuantos días para ejercer nuestro
derecho al voto.
Las
elecciones son sin duda un momento especial para expresar de manera crítica,
responsable e informada nuestro derecho sobre quién nos debe gobernar, es
decir, sobre quién debe de coordinar los esfuerzos, para que entre todos
-sociedad y gobierno-, podamos construir el bien común que México necesita.
La
vida democrática de un pueblo no se agota en el momento del sufragio: “Una
auténtica cultura de la democracia es participativa y solidaria, representativa
y subsidiaria, promotora de la dignidad y de los derechos humanos. Con estos
elementos la democracia se hace una propuesta humana capaz de vitalizar la
sociedad y sus instituciones. Sin ellos, las instituciones carecen de vida y se
convierten con facilidad en espacios para el arribismo y el oportunismo
populista en cualquier ámbito de la vida social”.[1]
El
actual proceso electoral ha generado polarización y encono no sólo entre los
candidatos sino entre algunos de sus seguidores que en muchas ocasiones parecieran
privilegiar más la pasión que la razón, más la descalificación que el
argumento, más el deseo de destruir al adversario que la construcción de
puentes de cara a un México reconciliado. Es preciso entender que las
propuestas de gobierno que han presentado los candidatos, deben estar
acompañadas de la más firme voluntad por lograr consensos y acuerdos que no
sólo den viabilidad política a las ideas, sino que coadyuven a la
reconciliación social.
Existe
un gran dolor acumulado por las muertes violentas de muchos ciudadanos en los
últimos años y aún de muchos candidatos en este proceso electoral. Estemos
conscientes que no hay lágrimas estériles y que todas ellas son una silenciosa
oración por la justicia y la paz que nuestro pueblo hoy tanto reclama.
Los
obispos deseamos hacer un atento llamado a todos los candidatos, a todos los
militantes partidistas y a todos los ciudadanos: juntos podemos hacer de la
próxima jornada electoral un ejercicio ejemplar de civilidad, evitando palabras
o gestos de hostilidad, descalificación o violencia.
La
paz se construye paso a paso, día a día. Todos debemos convertirnos en
sembradores de paz. Hoy más que nunca México necesita vivir en un clima de paz
para poder caminar y seguir construyendo hacia delante.
Invitamos
a todos a vivir con grandeza de espíritu, antes, durante y después de esta
jornada electoral, aquilatando lo mejor que tiene nuestro pueblo y valorando
los bienes que hoy gozamos como sociedad y que han costado el esfuerzo de
muchas generaciones. Es preciso tener en cuenta el futuro, el seguimiento
imprescindible por parte de todos, de la actuación de los funcionarios electos,
y el necesario trabajo de reconstrucción del tejido social que hoy se encuentra
lastimado por graves y diversas causas.
Es
una obligación moral ejercer nuestro derecho al voto. Todos debemos de
participar en este importante ejercicio de responsabilidad cívica: jóvenes y
adultos, mujeres y hombres, habitantes de zonas urbanas y rurales. En las
condiciones actuales el abstencionismo no nos ayuda a madurar como ciudadanos
llamados a construir una democracia más sólida.
Ejerzamos el derecho que tenemos para votar en consciencia, por el
partido o el candidato de nuestra preferencia que mejor represente el máximo
bien posible.
Confiamos
que las autoridades electorales actuarán conforme a Derecho, con honestidad y
transparencia. Hoy más que nunca los mexicanos necesitamos confiar en nuestras
instituciones. Para ello, es indispensable que los responsables de organizar y
cuidar las elecciones eviten a toda costa ser presa de presiones que de manera
directa o indirecta puedan afectar la legítima autonomía e imparcialidad que
deben mantener.
Es
urgente construir un mejor México con más oportunidades de desarrollo humano
integral para todos. Sin embargo, actualmente existen importantes tensiones
sociales que han conducido a divisiones, resentimientos y violencias. Las
fuerzas meramente humanas nunca alcanzan para volver a reunir los corazones,
para reconciliar a las familias, para hacer concordia entre los pueblos.
Por
eso, el Señor de la Historia en su providencia, nos ha regalado la presencia
constante de Santa María de Guadalupe, Madre del verdadero Dios por Quien se
vive y Patrona de nuestra Libertad. Ella nos une y nos invita a construir todos
los días una casa común en donde podamos vivir fraternamente mirando
constantemente hacia su Hijo. Ella siempre acompaña al pueblo mexicano en sus
luchas por la verdad, la justicia y la libertad.
Hagamos
oración unidos como hermanos, dirigiéndonos a nuestra Madre, por nuestros
futuros gobernantes para que siempre velen por la dignidad de la vida desde la
concepción y hasta la muerte natural, por los matrimonios y las familias, y por
la vigencia de la más amplia libertad religiosa para nuestro pueblo. Que la Virgen
de Guadalupe interceda por todos, en especial por las nuevas generaciones, en
este momento trascendental para el presente y el futuro de nuestra nación.
Ciudad
de México, a 24 de junio de 2018.
Consejo
de Presidencia
+Emmo.
Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega,
Arzobispo
de Guadalajara,
Presidente
de la CEM
+S.E.
Mons. Javier Navarro Rodríguez,
Obispo
de Zamora,
Vicepresidente
de la CEM
+S.E.
Mons. Alfonso Miranda Guardiola,
Obispo
Auxiliar de Monterrey,
Srio. General de la CEM
+S.E.
Mons. Ramón Castro Castro,
Obispo
de Cuernavaca,
Tesorero
de la CEM
+S.E.
Mons. Carlos Garfias Merlos,
Arzobispo
de Morelia,
Primer
Vocal de la CEM
+S.E.
Mons. Sigifredo Noriega Barceló,
Obispo
de Zacatecas,
Segundo
Vocal de la CEM
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