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La situación de violencia e inseguridad en el país es tal,
que los obispos mexicanos se han dado a la tarea de preparar y difundir una
serie de medidas para proteger de la delincuencia tanto los templos como a los
fieles que acuden a ellos.
Ante representantes de los medios de comunicación, la
Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presentó este martes sus “Protocolos
Básicos de Seguridad Eclesial: Personal y de Recintos Religiosos”, al tiempo
que exhortó a la comunidad católica a adoptar dichas medidas tanto a nivel
personal como en los recintos sagrados.
El secretario General de la CEM, Alfonso Miranda Guardiola,
explicó que el documento retoma en general la experiencia de muchos sacerdotes
y obispos que han trabajado en temas de construcción de paz, diálogo, mediación
y procedimientos de seguridad, por lo que cada diócesis deberá adecuarlos a su
realidad.
Al explicar el documento, recordó que el diálogo o
comunicación en los primeros minutos de un evento delictivo es vital, pues los
criminales saben perfectamente que el éxito de sus operaciones depende de cómo
aislar y cortar los canales de comunicación.
Voluntad para transformar
En la presentación de los protocolos también participó el
sacerdote Rogelio Narváez, secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal para
la Pastoral Social CEPS-Cáritas, quien aseguró que la Iglesia está convencida
de que la situación de violencia e inseguridad en el país se puede transformar
con la contribución de las distintas voluntades.
Recordó que desde hace tiempo la Iglesia ha venido
trabajando de manera responsable en la prevención, animación y acompañamiento a
la sociedad civil, “alentando a hombres y mujeres en la creación e impulso de
iniciativas de paz y propiciando una respuesta articulada”.
El sacerdote detalló que ha sido la Dimensión de Justicia,
Paz y Reconciliación, Fe y Política, que preside Carlos Garfias Merlos, la
estructura principal a través de la cual se ha dado seguimiento al compromisos
de los obispos en la materia. Muestra de ello –dijo– es la generación de
procesos de transformación social con enfoque de construcción de paz en
diferentes partes del país, como Acapulco, Apatzingán, Chihuahua, Córdoba,
Tuxtla Gutiérrez, Tehuantepec, Morelia y Zamora.
Informó que también se ha ofrecido acompañamiento a las
víctimas de la violencia a través de “Centros de escucha”, con atención
espiritual, pastoral, psicosocial y jurídica, así como a familiares de
desaparecidos, estableciendo vínculos con instancias nacionales para emprender
la búsqueda de los mismos mediante ciertos protocolos.
Prevención y capacitación
Por su parte, Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia y
responsable de la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política,
explicó que con los “Protocolos Básicos de Seguridad Eclesial: Personal y de
Recintos Religiosos” se podrá generar prevención y capacitación para enfrentar
las emergencias, incluso en casos de desastres naturales. “Estos protocolos nos
permitirán tener formas precisas de actuar, nos ayudarán a vincularnos unos con
otros para poder interactuar con las autoridades y responder así a todo lo que
pudiera surgir en el momento de la emergencia”.
A pregunta expresa de los reporteros, sobre si se tiene
algún registro del número de sacerdotes amenazados, extorsionados o
secuestrados, monseñor Miranda Guardiola dijo que no se cuenta con éste, sino
que se va teniendo conocimiento de ello conforme las diócesis informan de lo
que ocurre; no obstante, aseguró que si los Protocolos de Seguridad Básica
sirven para evitar una muerte más,
entonces ya “tuvo éxito su publicación y conocimiento”.
Descarga a aquí los “Protocolos Básicos de Seguridad Eclesial: Personal y de Recintos Religiosos”
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