Mateo Gonzalo Alonso / Me lo pregunto
Hoy se estrena oficialmente en Alemania la película
británica “María Magdalena”, dirigida por Garth Davis. Una propuesta que lleva
a la gran pantalla una particular versión del personaje bíblico, presentándolo
como la “primera testigo de la resurrección y la primera discípula”. Estos dos
elementos de su identidad son los que dan título al análisis que ofrece la
edición de este jueves de ‘L’Osservatore Romano’.
El crítico cinematográfico Emilio Ranzato examina a fondo
esta película que “intenta rehabilitar una figura que, debido a malentendidos y
a distorsiones conscientes, se ha interpretado a lo largo de los siglos por lo
que no era”.
Una Magdalena rehabilitada
Según señala el periódico de la Santa Sede, la cinta narra
la historia de una mujer que choca con su familia, que vive según “la sociedad
patriarcal de la época” por ser un espíritu libre. Por ello, las expectativas
de María Magdalena (Rooney Mara) se colman al sumarse al movimiento creado por
Jesús de Nazaret (Joaquin Phoenix), “como forma de encontrar su lugar en el
mundo, más que como búsqueda de la paz espiritual”, señala el crítico.
La historia, que bebe tanto de los evangelios canónicos
como, en mayor medida, del apócrifo conocido como el ‘Evangelio de María
Magdalena’, parece estar en sintonía con el movimiento reciente, también entre
los estudiosos católicos, de “rehabilitar” esta figura que durante siglos se ha
etiquetado como “prostituta o mujer de moral distraída” hasta tal punto de que
parece considerársele “el decimotercer apóstol de Jesús”, advierte.
Además de señalar este enfoque, el crítico del Vaticano no
quiere dejar de lado los detalles en los que el planteamiento de la película
abraza “los parámetros más exagerados de lo políticamente correcto”, al señalar
que María Magdalena es prácticamente la única seguidora del Mesías –porque “el
cine de Hollywood necesita héroes, incluso en contextos como este”, interpreta–
o el hecho de que el personaje de Pedro sea un actor de raza negra –Chiwetel
Ejiofor que, además, fue protagonista de ‘Doce años de esclavitud’–, para
expresar la diversidad y las cuotas de la sociedad actual.
Una cinta previsible
Sin embarga, añade Ranzato, los “límites de la película, sin
embargo, son otros” y por ello señala que el guion es muy básico y los
intérpretes no aportan “carisma”, pareciendo personajes adolescentes de novela
carentes “de un gran desarrollo” argumental.
En cuanto a la técnica, el periódico vaticano, observa que
el tipo de montaje, la ambientación musical y narración “antinarrativa”
escogida –en el que el espectador se encuentra desde el principio en medio de
la problemática planteada– o la superposición de escenas como la resurrección
de Lázaro “en clave de igualdad” o el encuentro del Resucitado con María
Magdalena como que “los dos terminan salvando al otro, en cierto sentido”.
Elementos que hacen que la película sea “previsible” y que sin llegar a
emocionar al espectador, aunque llegue a “sorprender en muchos momentos”.
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